La Diabetes puede ser
reversible
recuperando la Salud
Una perspectiva de la
Diabetes Mellitus desde la Medicina Sistémica-Integrativa
Enrique Vargas Madrazo y Rafael Camacho
Unidad de Salud Integrativa, Programa de Salud Integral, Centro
EcoDiálogo, UV
Como casi todos los padecimientos y enfermedades, la vitalidad
e inteligencia celular y del organismo de cada persona es capaz de
revertirla, pero vivimos envenenados y debilitados por hábitos
inadecuados. La Medicina Sistémica-Integrativa, en particular el
enfoque de Salutogénesis-Higiene Natural brindan un escenario
propicio para este proceso de re-aprendizaje de vida hacia una Salud
Sustentable.
Podemos definir biomédicamente a la Diabetes como la “intolerancia
a la glucosa”.
Lo básico que hay que entender al respecto, es que cuando ingerimos
azúcares, sean simples o complejos, (todo lo
ingerido termina transformándose en glucosa) el hígado los
convierte en glucosa y ésta circula en sangre. El objetivo de la
glucosa es ser alimento y energía para cada célula del cuerpo. Pero
esta glucosa debe poder penetrar en cada célula. La INSULINA
producida por el páncreas, tiene la función de activar unas
proteínas (receptores) en la membrana de cada célula, los cuales
son encargados de “pasar” la glucosa de afuera hacia adentro de
la célula.
Por lo que podemos decir que la Diabetes significa que por diversos
motivos no funciona bien este sistema que depende de la insulina, y
por lo tanto se acumula la glucosa en sangre. La glucosa en grandes
cantidades es tóxica para las células y el organismo, por lo que se
empiezan a generar síntomas de intoxicación por glucosa (ver más
adelante).
La medicina moderna plantea dos tipos de Diabetes:
Tipo 1: Cuando las células del páncreas responsables de producir la
insulina no tienen o pierden por distintos motivos su capacidad de
síntesis o secreción de esta molécula.
Tipo 2: Cuando las células del organismo van adquiriendo resistencia
para responder apropiadamente a la presencia de insulina, de forma
que no se produce la absorción de glucosa hacia el interior de las
células.
Sintomatología básica: debido al exceso y permanencia de la glucosa
en sangre ya que no puede penetrar las células, la glucosa se torna
tóxica para el organismo, ocasionando diversos daños. Las personas
secretan altos niveles de azúcar en orina, saliva, sudor, etc.
Suele haber acumulación de tejido adiposo.
También suele estar acompañada de: poliuria (exceso de orina),
polidipsia (exceso de sed), y polifagia (exceso de hambre), así como
exceso de orina y daño a los riñones (el daño a los riñones se
presenta en etapas posteriores cuando no se ha controlado la glucosa,
no es un síntoma como tal de la diabetes, se aumenta la ingesta de
alimentos).
Con el paso del tiempo y sin niveles adecuados de glucosa en sangre
(glicemia) pueden presentarse diversas complicaciones y daños tales
como: trastornos visuales, dificultades para la cicatrización, daño
en los riñones, afectación del sistema nervioso y con ello la
disminución en la calidad de vida, así como la esperanza de vida.
¿Por qué se produce la Diabetes?
El primer aspecto clave para la diabetes que nos percatamos al
reflexionar sobre la “lógica” que nos plantea la fisiología
moderna, tiene que ver con la “reacción al estrés y peligro”
del organismo, en la cual se involucran de forma primordial las
hormonas secretadas por las glándulas suprarrenales, reacción en
la cual está fuertemente implicada en el metabolismo de los
azúcares. ¿Cómo? Es muy básico. Supuestamente cuando estamos en
peligro, necesitamos poner todas nuestras energías y recursos al
servicio de nuestras capacidades de responder vigorosa y rápidamente
con nuestros músculos y nuestro cerebro, es decir saltar, correr,
luchar, etc. Para lograr esto, ciertas hormonas suprarrenales tienen
el efecto de bloquear la acción de la insulina sobre los receptores
de membrana que transportan la glucosa al interior de la célula.
Esta acción de las hormonas suprarrenales tiene el objetivo de que
haya mucha GLUCOSA en la sangre para músculos y cerebro, es decir
energía rápida y explosiva, la cual es importante en estos momentos
de “peligro”. Por otra parte también estas hormonas inhiben la
actividad del sistema inmunológico, dado que lo que requerimos en
estos momentos extremos es nuevamente, poner todos los recursos en la
“acción” de supervivencia, y no asuntos de sanación, defensa a
infecciones o reparación de tejido, funciones normales del sistema
inmune, pero que requieren muchos recursos (materiales, energía y
organización).
Sin embargo estas circunstancias de peligro son algo MUY especial en
la vida de una persona. Pero dado el estrés constante, tanto
externo-ambiental, como interno-emocional en que vivimos actualmente,
las glándulas suprarrenales del estrés están siendo secretadas en
grandes cantidades y constantemente, lo cual causa TODA clase de
perjuicios, al estar sometiendo metabólicamente a las células a
esta situación extrema y que altera el metabolismo de los azúcares
y del sistema inmunológico.
Por otra parte es importante señalar que en funciones normales la
acción de la insulina sobre los receptores de las células es actuar
regulando el metabolismo de las grasas y sobre la propia expresión
adecuada de los genes que producen los receptores de la propia
insulina. Todo lo cual se trastoca cuando hay este efecto de las
hormonas suprarrenales propias del estrés, al bloquear a la insulina
en su interacción normal con sus receptores en cada célula del
organismo.
La glándulas suprarrenales están “controladas”, a su vez, por
la glándula hipófisis o pituitaria, la cual se ubica en la cabeza,
justo unida al sistema nervioso central. Es decir la actividad
cerebral (mental y emocional) y la hipófisis, están íntimamente
conectadas, y por lo tanto las suprarrenales, todo está unido
funcionalmente. Esto ha abierto a investigaciones sobre la medicina
psico-somática (mente-cuerpo).
Podemos decir que el estrés, la angustia y demás factores que están
directamente relacionados con la actividades de la suprarrenales
están IRRITANDO constantemente el sistema metabólico de los
azúcares, bloqueando la absorción apropiada de la glucosa, haciendo
que se cree un estado de intoxicación por glucosa del organismo.
Todo esto afecta también a las células del páncreas, ya que como a
pesar de este estar secretando insulina, no se “resuelve” el
problema de la glucosa, tiene que empezar a funcionar a “marchas
forzadas” por meses y años, lo cual agota a sus células
secretoras. La propia glucosa termina por irritar e inflamar al
páncreas mismo.
Para dar contexto sobre los carbohidratos o azúcares diremos que
tenemos azúcares simples y azúcares
complejos. Los complejos son los que están en las frutas, cereales y
leguminosas, por ejemplo, y los simples son los que vienen en el
azúcar industrial (dulces, refrescos, pastelillos, etc). Podemos
decir que los azúcares (incluidas las harinas refinadas, que también
son básicamente azúcares, en este caso almidón) industrializados y
refinados son casi puro azúcar simple, los cuales tienden a ser
tóxicos, pues además el organismo no está acostumbrado
evolutivamente a comer así tanto azúcar simple, hemos evolucionado
durante millones de años comiendo azúcares complejos en dosis
bajas.
Finalmente podemos decir que ya que un alto porcentaje de toda la
comida industrializada viene de la “alta fructuosa” (azúcar
simple) del maíz transgénico principalmente norteamericano, estamos
literalmente “INUNDADOS Y NADANDO” en
nuestra sangre en azúcar refinada llena de químicos. Esta forma
como están hechos los alimentos industrializados (mayonesa, cereales
de caja, yogurt industrial, judo de fruta empacado, pasta de dientes,
pasteles, atún enlatado, pan blanco, todo tipo de galletas, totopos,
pastas, salsas y aderezos, etcétera ¡casi todo!) con base en
promedio en 50% de estos azúcares simples, hace que nuestra diaria
de calorías exceda de cualquier forma las 2,500 kilocalorías que
requerimos, ¡además de ser tóxica! Por ejemplo un refresco
embotellado nos da casi tantas calorías como las que requerimos para
todo un día. ¡Imaginemos la cantidad de calorías que ingerimos si
sumamos todo lo que comemos diariamente de alimentos industriales
llenos de “alta fructosa”!
Este exceso de “energía” (al comer tanta comida chatarra y
procesada llena de azúcares simples), satura de energía en forma de
azúcar al organismo, el cual empieza a producir grasa a partir de la
glucosa, por lo que la persona empieza a engordar, al acumular tejido
adiposo. Este tejido contiene básicamente células “súper-sencillas”
llenas de grasa, es decir que tienen un metabolismo básico, centrado
en el almacenamiento de grasas y azúcares (metabolismo de la
energía). El cuerpo empieza a vivir en función de los azúcares y
el exceso de energía, por lo que se genera un atrofiamiento del
metabolismo en general, y en particular de los azúcares y energético
(de las grasas).
Podemos describir de forma sencilla la situación:
1. La última fuente de energía de la que el
metabolismo hace uso son las reservas de grasa.
2-Mientras haya reservas de glucógeno será ésta y no otra la
fuente de energía utilizada.
3-Los alimentos
con índice glucémico alto provocan un rápido incremento de
presencia glucémica en sangre.
4-El metabolismo advertido de la presencia de combustible rápido,
deja relegada a un segundo plano la movilización de las reservas de
grasa (lipólisis).
Además, por todo lo que anteriormente comentamos, las células
adiposas producen de forma descontrolada una molécula llamada TNF-a
asociada a la inflamación y a la inhibición de la función de la
insulina. Podemos decir que la mayoría de las enfermedades
crónico-degenerativas están asociadas a las híper-inflamación
crónica, como en este caso.
Nuevamente podemos decir que estamos nadando en glucosa tóxica y
descontrolada, pues el páncreas está agotado de tanto producir
insulina que ya no tiene el efecto esperado, dado que el sistema de
estrés está alterado bloqueando el efecto de la insulina como ya
vimos. Pues la propia glucosa y el desastre metabólico es ya un
“estrés” metabólico en el que el organismo vive diariamente.
Por lo que todo esto se vuelve en un ciclo infernal de
estrés-intoxicación por glucosa-estrés-etcétera.
Además, como dijimos antes, diariamente, estamos con la comida
industrial bombardeando de más azúcares y calorías excesivas (y de
todo tipo de comida tóxica) a nuestro hígado, páncreas y al
organismo en su conjunto, que ya se encuentra en estado de
agotamiento y caos metabólico. ¡Es una situación de locura!
Imaginemos este escenario para el páncreas, cuyo objetivo metabólico
es atender que no haya exceso de glucosa en sangre y que las células
se nutran bien energéticamente, es decir de mantener un delicado y
fino balance instantáneo de la glucosa en sangre, pero que ahora es
un desastre con oleadas de azúcar entrando como tsunamis cada vez
que tomamos un refresco, un pan, un cereal o un yogurt (¡o cualquier
alimentos empacado-ultraprocesado!)
Años y años de “esfuerzos heroicos” del páncreas terminan por
agotarlo y atrofiarlo a él mismo y sus células. Pues además por
más que produzca insulina, las células del cuerpo ya no responden a
esta molécula, debido al efecto de las hormonas suprarrenales del
estrés (externo o interno –emociones-), siendo que además a estas
alturas suceda lo que suceda con el páncreas y la insulina, el
organismo está “nadando” literalmente en azúcar, obeso e
intoxicado.
Hemos observado, en nuestro trabajo de cuidado integrativo de la
salud, que eventos emocionales traumáticos (muerte de familiares
cercanos, divorcios, etc.), causan choques de desbalance del
metabolismo de la glucosa, los cuales son identificados como
pre-diabetes o diabetes, lo que da paso a la prescripción de
fármacos, sin tomar en cuenta todo lo que hemos descrito aquí. Por
lo que los fármacos comienzan a “tomar control” del metabolismo
de la glucosa, generando que poco a poco el organismo vaya perdiendo
su propia auto-regulación metabólica.
El componente emocional es muy importante en todo este proceso de
pérdida de la regulación adecuada de la glucosa, por lo que hay que
trabajar también en este sentido, si hemos de recuperar la salud
plena, y no nada más controlar la glucosa con fármacos.
¿Qué alimentos tóxicos y llenos de qué tipo específico de
azúcares y químicos come cada persona, qué tipo de estrés
ambiental y emocional tiene? ¿De qué forma van variando con las
semanas estos patrones específicos? Todo esto es algo ABSOLUTAMENTE
personal, por lo que más que clasificar a una persona como
diabética, podríamos decir que es un PATRÓN ÚNICO de Proceso
Salud-Enfermedad. Habría que agregar a todo esto toda una
serie de factores adicionales específicos de cada persona que
también están contribuyendo a la intolerancia a insulina, los
cuales solamente pueden ser averiguados en un recapitulación
profunda y detallada de las condiciones de vida, de herencia, de
ambiente, de otras patologías y medicaciones, etcétera. Esto es lo
que hacemos en la Consulta Integrativa a través de la técnica de
“historia y significado de la enfermedad” que practicamos en
nuestras Unidades de Salud Integrativa.
Podemos entonces llamar a todo esto “diabetes”, una forma muy
académica de nombrar al DESASTRE NUTRICIONAL, DE ESTRÉS Y DE
DESBALANCE ENERGÉTICO que estamos viviendo en estos momentos
industrializados de la humanidad.
En resumen, la diabetes mellitus tipo II es multifactorial.
Las causas de mayor peso son:
- Alimentación inadecuada: exceso de azúcares y harinas refinadas,
así como productos industrializados, pobre ingesta de fibra
dietética, etc. En nuestro país, el consumo de bebidas azucaradas
es impresionante, y se demuestra científicamente la relación que
tiene con la aparición a edades tempranas de enfermedades como ésta.
- SEDENTARISMO
(super importante).
- Estrés y estilo de vida “moderno”.
- Emocionalidad desbordada o desatendida.
Otros factores como la herencia pueden ser detenidos, retardados e
incluso revertidos con la adopción de estilos de vida saludables.
Figura.
Diabetes co-determinada por:
Alimentación tóxica, vida
estresante, emocionalidad desbocada o híper-controlada, falta de
movimiento para la salud, entre otros factores relevantes
Sanación: Mejor combinación terapéutica y de higiene natural
hacia una salud sustentable
Ante lo abordado más arriba, resulta casi evidente, que es posible
revertir las condiciones asociadas a la
Diabetes, generando procesos celulares y organísmicos de
Salutogénesis:
-
Desintoxicación RADICAL (eliminar de la dieta) de azúcares y harinas refinadas, la comida chatarra y todo tipo de aditivos tóxicos (colorantes, saborizantes, conservadores, plaguicidas) presentes en la comida empacada/industrializada [sin esta premisa el organismo no logra recuperarse]
-
Consumir comida fresca (local) y cruda (jugos, ensaladas, germinados, fermentadas), hacia la dieta mexicana tradicional (tortilla de maíz natural, frijol, verdes (quelites, espinacas, acelgas, berros, etc.), frutas y verduras de estación, guisados mexicanos.
-
Meditación y técnicas de relajación, trabajo de sanación emocional.
-
Movimientos y respiración para la salud (Qigong y Pranayama), actividad física adecuada por estado fisiológico y edad, acompañado de baños de sol, caminar descalzo en las mañanas y tomar dos vasos de agua entes de dormir y al levantarse.
-
Terapias integrativas específicas, como acupuntura, herbolaria o masaje, pueden ser de gran ayuda para recuperar la auto-regulación metabólica.
-
Cambio a estilos de vida saludabes.
La biología y sanidad humana
(bio-psico-social) básica inherente a este cuidado de la Higiene
Natural, son el fundamento científico y de la Medicina Tradicional
Mexicana, siendo estos factores los que sustentan la posibilidad de
la reversión de enfermedades graves como la Diabetes.
Este Plan de Cuidado Integrativo es ofrecido
como servicio de vinculación de investigación en nuestras
Unidades de Salud Integrativa, que son parte del Centro EcoDiálogo
de la Universidad Veracruzana, en coordinación con el Colectivo
“Estación BuenVivir” y “Xico hermoso y sustentable”.
Bibliografía
Rojas, A. M. (2000). Tratado de medicina tradicional mexicana: Bases históricas, teoría y práctica clínico-terapéutica. Tomo I. Historia de la medicina tradicional. De la prehistoria a la medicina contemporánea. Plaza y Valdés, S.A. de C.V.
Mullin, G. E. (2010). Integrative gastroenterology. New York: Oxford University Press.
Rakel, D. (2003). Integrative medicine. Philadelphia: Saunders.
Visita nuestra página de las otras enfermedades que hemos atendido en nuestras investigaciones
Visita nuestra página de las otras enfermedades que hemos atendido en nuestras investigaciones |
No hay comentarios:
Publicar un comentario